
Desde 1930 presenta obras en el Salón Nacional de Cultura y en diversos salones provinciales, en la Exposición Internacional de París (1937), en Nueva York (1941-1943) y, tras el reconocimiento logrado, a partir de 1934 comienzan sus muestras individuales. Los temas que trató son variados: paisajes, retratos, temas relativos al teatro y al circo, naturalezas muertas, etcétera. Ilustró también libros de poesía. Raúl Soldi pintando la cúpula del Teatro Colón. Buenos Aires, 1965. La cúpula del Teatro Colón pintada por Soldi. Entre sus obras figura una gran pintura ubicada en la Basílica de la Anunciación de Nazareth, la cual se trata de un mural inspirado en el milagro de la Virgen de Luján. Los Museos Vaticanos en Roma incorporaron en 1987 una obra suya titulada "La Virgen y el Niño": con esta última suman dos los cuadros de Soldi que posee la Santa Sede; la anterior se titula "Santa Ana y la Virgen Niña".
Una de sus obras más notables es la secuencia de frescos pintados en la Iglesia de Santa Ana de la localidad bonaerense de Glew, a la que dedicó casi treinta veranos. A partir de ese último año hasta la fecha de su fallecimiento, realizó varias exposiciones, la más destacada en el Museo de Arte Decorativo. La Galería de Arte Moderno de Milán incorpora a su colección un autorretrato. En 1989, creó el mosaico Camerata Bariloche, para el Museo del Parque de Portofino, Italia. Participó en 1993, un año antes de su fallecimiento, de una gran muestra que se realizó en el Salón Nacional de Exposiciones (llamado también Palais de Glace). Expuso allí parte de su obra, convocando a miles de visitantes que disfrutaron de las obras del pintor.